sábado, 28 de agosto de 2010

Una de las mejores voces comerciales deportivas


   
Carlos Alberto Sosa y Óscar Artacho en la caseta del Estadio Nacional
(Fotos: Blog de Raúl Goyburu y Deportivo SIMA)

Carlos Alberto Sosa en el recuerdo

Fue una de las mejores voces en la locución comercial deportiva. Laboró más de dos décadas en “Pregón Deportivo” programa donde alcanzó notoriedad por su estilo y su especial timbre de voz. También leyó durante muchos años diversos informativos radiales al lado de don Juan Ramírez Lazo en “Radioperiódico El Mundo” de Radio Victoria y en Radio Unión en el recordado “Diario del Aire” con Herbert Castro y Emerson Vela.

Con Artacho y su plantel estuvo presente en la cobertura de muchos eventos deportivos, especialmente de fútbol, como el sudamericano de Buenos Aires en 1959, el Perú vs. Argentina en la “Bombonera” clasificatorio para México 70, varias ediciones de la Copa “Libertadores de América”, y muchas otras. Vivió en la época de oro de la radiodifusión peruana en donde los periodistas fueron testigo de los éxitos del deporte nacional y mundial. Además, los espacios deportivos tenían un gran número de anunciadores lo que permitía hacer un gran despliegue enviando un personal completo al interior del país o al extranjero.

Carlos Alberto Sosa dejó de pertenecer a “Pregón” a mediados de 1974. Desconozco cuáles fueron las razones de su alejamiento de ese popular programa con el que se identificó. “Discrepancias con el director hicieron que tome la decisión de salirse”, dijeron algunos colegas allegados a él. Otros manifestaron que no aceptó quedarse en Lima para las transmisiones del Mundial de Alemania a donde viajaron tres narradores y tres comentaristas, dejando a los locutores comerciales y por ello se retiró, iniciando posteriormente una demanda a la empresa ante el Ministerio de Trabajo.

Tras su salida de “Pregón Deportivo” fundó al poco tiempo “Ecos del Deporte” en Radio Victoria con Juan Velarde Grabulosa (director), Jorge Ramos de la Flor, Alberto Sorogastúa, Dennis Vargas, Alberto Labó, Julio Héctor Manrique, Héctor Requena, Óscar Vásquez y Hugo Almanza, en donde estuvo hasta marzo de 1978 en que pasó a integrar “Ovación” que preparaba un equipo de profesionales para la cobertura de la Copa Mundial de Argentina.

Su ingreso a ese espacio fue sorpresivo. “Pocho” Rospigliosi había designado a los que viajarían a cubrir ese certamen y dentro del personal destacado estaban los dos locutores comerciales, Germán Villalobos y Antonio Llerena, y requerían a otra persona para que haga desde Lima esa labor. Así fue que pensaron en él, quien aceptó la propuesta de inmediato.

En el tiempo que permaneció en “Ovación”, don Carlos Alberto también viajó al exterior para transmitir diversos eventos, como el sudamericano de vóley femenino en Brasil (1979) y los partidos de Sporting Cristal ante River Plate y Vélez Sarsfield en la edición 1980 de la Copa “Libertadores de América”.

Meses después, exactamente un 25 de agosto, nos dejaría. Un infarto puso fin a su vida. Un día antes, había transmitido desde el Estadio Nacional el partido Sporting Cristal vs. Alianza Lima junto a Lucho Yzusqui, Rospigliosi, Enrique Valdés, Mario Grau y otros. Sus restos fueron velados en el local de Federación de Periodistas en la primera cuadra de la avenida Abancay y en ese lugar algunos miembros de “Ovación” decían que estuvo programado para transmitir básquetbol la noche anterior, pero que había desistido de acudir a esa comisión porque se sentía mal de salud.

En su velatorio escuché varias anécdotas sobré él. Artacho contó que en 1957 viajaron a Rio de Janeiro para transmitir el Brasil vs. Perú, partido que ganaron los “cariocas” 1-0 con gol de “Folha seca” de Didí. Al término del match, don Óscar tenía que bajar a hacer entrevistas en el camerín peruano y le pidió a Sosa que mantenga la transmisión hasta que ingrese desde la parte baja del Estadio “Maracaná” con los reportajes. Descender desde la zona de las casetas radiales hasta el sótano de ese escenario no era nada fácil ni rápido, por lo que el director demoró casi media hora en hacerse presente nuevamente al aire. Con sus auriculares puestos escuchó a Sosa que estaba pasando algunos avisos comerciales, hizo el llamado y de inmediato le dieron el pase. Aparentemente todo había sido normal, pero al volver a Lima y escuchar la grabación se dio cuenta que en todo ese tiempo Carlos Alberto sólo había estado pasando propagandas sin recordar siquiera el marcador del partido. También contó en ese mismo país pero en 1964, Sosa se demoraba en llegar al hotel donde estaban hospedados, las horas avanzaban y el horario para emprender el vuelo de retorno se aproximaba. Sus maletas estaban listas en la habitación del hotel, y antes que sus compañeros salgan con destino al aeropuerto, llegó apurado y sudoroso con una bolsa de plástico en la mano diciéndoles que había salido de compras. Lo originó su demora y casi lo hace perder el avión eran unos frijoles negros que su suegra le había encargado.

Jorge Soria, que también fue relator en “Pregón Deportivo”, contó también que en diciembre de 1971 fue enviado con Sosa al torneo preolímpico de fútbol a Cali, Colombia y que en el primer día de transmisión hubo dificultades para conseguir una ubicación en las cabinas del Estadio “Pascual Guerrero” y en el palco de los periodistas escritos, por lo que tuvieron que ubicarse en la tribuna dentro del público. Al recinto caleño habían ingresado gran cantidad de espectadores y ellos tuvieron que sentarse en las escaleras al costado de la gradería de primera y desde esa incómoda posición realizaron su trabajo con un aparato de teléfono al no poder instalar su equipo de sonido debido a que no contaban con una extensión de cable para conectarlo al fluido eléctrico.

Personalmente, no tuve amistad con don Carlos Alberto. Cuando coincidíamos en los pasadizos que conducen a las casetas de transmisión le expresaba mi saludo con mucho respeto y admiración. Algunas veces lo veía llegar con su hijo, un joven veinteañero en esos años, que se alejó del mundo de la radio cuando su padre falleció. Decían que Sosa era muy introvertido, que en sus centros de labor conversaba con pocas personas. Era su forma de ser, muy diferente al que oíamos a través del aire cuando pasaba los avisos comerciales al lado de don Óscar Artacho, en “Ovación” o cuando leía las noticias en Radio Victoria o en Radio Unión. Así era don Carlos Alberto Sosa Sierra a quien he querido rendir homenaje a través de estas líneas.